
Hoy tratamos un tema muy interesante acerca de cómo el mal uso de un pendrive (también denominado vulgarmente pincho USB) puede disminuir drásticamente su vida útil y qué hacer para que esto no ocurra.
1- Trabajar «en caliente». Los pendrive fueron concebidos como medios de almacenamiento y salvaguarda pero con reservas. Es un error pensar que tienen una vida similar o incluso superior a la de un disco duro ya que no tienen parte mecánica: La vida de un disco duro nunca viene determinada por la cantidad de lecturas/escrituras que hagamos (recordemos que el cabezal jamás toca la superficie del disco) mientras que la de un pendrive sí (unos 10.000 ciclos de lectura y escritura).
Si llevamos almacenado por ejemplo un documento de Word y trabajamos con él desde el mismo pendrive (a esto es a lo que se denomina trabajar «en caliente») hemos de tener en cuenta que además de las veces que grabemos nosotros, el Word tiene opciones de autoguardado y se van haciendo lecturas y escrituras en el mismo con lo que se van consumiendo ciclos.
Lo coherente es llevar el documento al disco duro del pc (por ejemplo arrastrarlo al escritorio) y trabajar con él desde ahí. Una vez hayamos terminado es el momento de pasarlo al pendrive.
2- No quitar el hardware con seguridad. Utilizar la opción «quitar el hardware con seguridad» nos garantiza dos cosas fundamentalmente:
- No se corta a la mitad un proceso de lectura/escritura que puede dejar datos corruptos o incluso afectar a la tabla de asignación de archivos.
- El puerto USB no está siendo alimentado con 5 voltios, lo que puede generar errores incluso físicos.
3- No desconectar el dispositivo extraíble cuando vaya a estar inactivo un periodo largo de tiempo: Frente a un apagón o pico de tensión puede quedar inservible.
Y para terminar: Nunca se ha de utilizar el pen drive como único sistema de Backup. Siempre se han de tener varias copias en distintos soportes (discos duros, CD, DVD, pendrives,…) de los datos que consideremos críticos.